El Campello fue elegido como asentamiento por sus primeros moradores ya en la Edad de Bronce.
Siglos después y pese a la modernidad que se respira en este punto del corazón de la Costa Blanca, sus vecinos han sabido otorgarle un doble carácter de tradición y progreso. Los vestigios que ha dejado el paso de varias civilizaciones pueden ahora visitarse en un entorno único junto al mar, uniéndose al disfrute de sus excelentes playas y su paisaje de gran belleza y contraste.